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Yo soy de ciencias, como se decía antiguamente, pero en 4º si no recuerdo mal dábamos historia (antes de elegir si queríamos ciencias o letras) y recordar nombres de maestros y relacionarlos con sus obras era una pesadilla para mí. Ponía codos, horas y horas, pero no me servía de mucho -eso creía yo- porque los resultados en ese momento daban pena.
Pasados muchos, muchos años empezaron a dar fruto. Me sorprendía cuando aparecía una imagen y sin pensarlo dos veces, sabía de quién era o a qué estilo pertenecía...
También tuve una profe excelente, nos pasábamos las clases con recortes y fotografías de cuadros y monumentos, e iba inventándose juegos para que aprendiéramos a degustar todo este mundo tan fascinante.

La música es otro cantar. Nací bailando, como he comentado en otras ocasiones. La llevo en la sangre y me invita  a soñar. A los cuatro años daba solfeo, a los seis mis padres cerraron parte de mi inocencia, regalándome un piano para reyes. A los diez me enseñaron que la música no era un trabajo con el que se pudiera comer. A los treinta tuve que dejarlo en una casa de antigüedades, antes de que se convirtiera en polvo, ya que en esos momentos no me podía permitir restaurarlo como se merecía ... sigo viéndome en esas tardes largas de ensayos ... sigo escuchando -como si de un solo se tratara-  el piano en cualquier pieza musical.

ARTE ,   amic Antiqva ,  amiga Alba ,  es   -para mí-  

todo aquello que sale de las entrañas con tanta fuerza

que nos deja bocabiertos y enamorados toda una vida.